sábado, 14 de agosto de 2010

Comenzando la despedida...



Nuevos dolores de panza, pero esta vez distintos, no como hace unas dos semanas... las despedidas comenzaron, y se sienten correr por el cuerpo.
De repente llegó el último día. Hoy es el pasacalle final, el cierre del festival; una especie de payamarcha, donde todos los payasos y toda la gente que participó de estas dos semanas de trabajo marchamos por Belén, por las calles de las casas que se pintaron y terminamos en la cancha central, donde todos los niños van a mostrar las diferentes cosas que se estuvieron haciendo en los talleres.
Todavía es la mañana, nos estamos preparando para el pasacalle, pero recién volvemos de Belén, donde se realizó, durante toda la mañana, una campaña de salud. Fue fuerte y duro; me tocó charlar con una mamá que tenía a su bebé de 4 meses en brazos, era ya su quinto hijo; el niño no tenía aún ni un vacuna... charlamos, la acompañé, me contó de Francisco, el bebé, y fuimos a darle sus vacunas. Cucucha se sentó junto a dos adolescentes que querían charlar de novios y de hijos, y así, desde todo lo que un payaso puede decir, tuvieron una hermosa charla sobre sexualidad y prevención. Qué difícil de pensar, pero qué potente es el payaso, que no sólo puede acompañar y hacer reír, sino que hoy fue activamente un agente de salud.
Las narices no quieren meterse adentro de la valija... dejan y se llevan muchos amigos por estas tierras, a las que prometen volver.
Ahora, a juntar abrazos que hay que llevarse....

jueves, 12 de agosto de 2010

fotinguis



los mismos, las mismas, el mismo, la misma magia

mismos pasillos, mismas caritas, mismas camas con números, mismos ojos tristes en cada cama, mismas enfermeras que bailan y sonríen, mismos encuentros mágicos de hospital.
El hospi acá, allá, donde sea, se convierte en ese lugar a habitar por los payasos, que rompen con su estructura, que lo hacen estallar durante una hora, y dejan sus huellas en cada sonrisa que saluda cuando nos vamos.
Ayer, Cucucha y Violeta, junto a unos 15 payasos más, desembarcaron en el hospital regional de Iquitos, sin predecir que no sólo sería una tarde maravillosa de clowneo, sino que la dupla, ésta dupla, que nació juntita, que creció por los pasillos de hemato del hospi de niños, se reencontraría! 3 intervenciones que quedarán bien grabadas en nosotras: una en quemados, con 4 pacientes, dos nenitos en brazos de sus padres, una adolescente y una señora grande; cantamos canciones de cuna, nos dormimos juntos, nos despertamos, y hasta los inflamos, en una hermosa metáfora que les da aliento para continuar; otra en una sala de pediatría, que repentinamente se convirtió en un cielo lleno de pajaritos, donde Violeta y cucucha volaron junto a cuatro amigos que jugaron a ser pájaros; y una última en terapia intensiva, con una bebita y su mamá, que se hipnotizó con el espejito de princesa de Violeta mientras las doctoras hacían soniditos y jugaban con los dedos.
Tarde de reencuentro, de descubrimientos, de traer a todos nuestros hermosos payas acá... mismo hospi, mismas payasas, mismos encuentros,misma magia.